El año pasado entregué una encuesta a las personas diagnosticadas con trastorno bipolar que asisten a la asociación regularmente para valorar las reuniones del centro cívico de Deusto. Aunque ya me había dado cuenta de que muchos nos sentíamos mucho mejor, ver el resultado me llamó la atención. Más de la mitad se sienten mucho mejor que como se sentían cuando acudieron por primera vez. Y me encanta que así sea, porque el fin último de la asociación Esperanza Bipolar de Bilbao es promover el bienestar de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar.

A la pregunta de ¿cómo te sientes desde que vienes a la asociación?, la respuesta en la mitad de los casos fue de «Muy bien» o «Como hace tiempo no recordaba». Muchos de ellos siguen viniendo habitualmente, lo que me hace pensar que todos seguimos aprendiendo de todos. Este aprendizaje es la base del trabajo de la asociación actualmente, y lo que está permitiendo que muchas personas empiecen a sentir una nueva vida, sonrían, o se sorprendan de que siempre se puede estar un poco mejor. Yo pertenezco a este último grupo, y disfruto viendo a los demás sonriendo, riendo, y ayudando a los que todavía no se sienten tan bien.

Te lo cuento porque creo que merece la pena que lo sepas. 🙂

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