La semana pasada volvió Asier a la asociación para compartir con nosotros una pequeña parte de lo que ha aprendido como persona y aikidoka. Hemos podido disfrutar de su conversación y, con el tiempo y un poco de suerte, algún día iremos ganando terreno a la serenidad que él transmite en el centro cívico.
Algunas de las personas que asistieron a la reunión, me han comentado que se quedaron con las ganas de que hablara más. Yo, sin embargo, valoro especialmente que sea una persona capaz de escuchar y además sepa cómo hacerlo. Nada me parece tan importante como algunos de los mensajes que nos transmite entre sus movimientos de defensa. Desde aquí quiero advertirle que yo no necesito que me reoriente. Y mucho menos el chi 😉